La instauración es el despertar de la existencia de algo que cobra vida propia. Todos somos capaces de esto: instaurar nuevos mundos.
Un mero instante marca la instauración de las cosas mínimas, ya sea con una fiesta imaginaria, confeti y serpentina, o con lágrimas y un dolor muy fuerte en el fondo del pecho.
Hay cosas mínimas que nacen en el momento en que las creamos y hay aquellas que simplemente las percibimos en el mundo y las organizamos, ordenamos, cambiamos de lugar.
Simplemente las dejamos existir, sin interferir con nada que los constituya.
Todo surge cuando instauro la vida de las cosas. Cosas pequeñas, cosas mínimas.